Leo el fin de semana Deception de Philip Roth, que no había leído. El engaño es, en primer lugar, conyugal (si algún día esa benemérita institución, el matrimonio, es llamada a cuentas, la obra de Roth suministrará más de un alegato en contra, solo Tolstoi, quizá, habrá descrito mejor sus miserias), pero, en un segundo plano, más interesante, tiene que ver con la ficción y sus trampas, el particular engaño de la invención novelesca. En la mezcla de autobiografía y ficción, de vida y literatura, nadie engaña mejor que Roth: “I write fiction and I’m told it´s autobiography, I write autobiography and I’m told it’s fiction, so since I’m so dim and they are so smart, let them decide what it is or it isn’t”, reta el narrador (llamado Philip, naturalmente).